Resumen:
En Guayaquil, dada las altas temperaturas, extensos trayectos de transporte y exigencias de desempeño, el hormigón requiere hasta 6 aditivos. Las dosificaciones elevadas de aditivo afectan el tiempo de fraguado. El método actual para las dosificaciones apropiadas de aditivos puede requerir hasta 5 simulaciones, consumiendo tiempo y recursos de las empresas. El objetivo del trabajo es generar una herramienta de diseño que permita determinar el tiempo de fraguado según la dosificación de plastificante y retardante utilizada.
Conforme a normativas internacionales, nacionales y procedimientos establecidos por empresa, se ejecutó el análisis calorimétrico a 64 escenarios con diversos contenidos de cemento, aditivos y relaciones agua/cemento, empleando un equipo semi-adiabático con termocuplas. Con las gráficas de temperatura, se calculó el tiempo de fraguado inicial y final. Adicionalmente se midió el flujo y la resistencia como variables de control.
Se generaron 5 nomogramas que proyectan el tiempo de fraguado inicial con relación al uso de plastificante y retardante, según el contenido de cemento y relación agua/cemento.
Se concluye que los porcentajes recomendados de aditivo deben ajustarse según el contenido de cemento en la mezcla, es decir, que en mezclas con alto contenido de cemento se requerirá un porcentaje menor de aditivo, en comparación a una mezcla con bajo contenido, para alcanzar resultados óptimos. Se observa que dosificaciones altas de plastificante prolongan el tiempo de fraguado sin afectar las resistencias finales. Empleando nomogramas se reduce el volumen de desperdicio de hormigón hasta un 60%, lo cual beneficia la empresa tanto económica como ambientalmente.