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Vaccinium corymbosum L. “Blueberry”, es una planta originaria de Norte
America, donde se dieron los primeros mejoramientos genéticos en el año de
1909 a cargo del Dr. Frederic Coville (Eck Paul, 1931). Sus frutos tienen un
alto contenido en vitamina C, flavonoides, antocianinas y ácidos fenólicos
(Medders, 2001), entre otros mas como los taninos presentes que ayudan a
prevenir infecciones del tratado urinario (Anon, 2002). Este cultivo se adapta
muy bien al manejo orgánico debido a que presenta menos problemas de
plagas y enfermedades que otros frutales (Kuepper and Diver, 2004) donde
aprovechando el uso eficiente de desechos animales para transformarlos en
abonos que cumplan los requerimientos nutricionales de la planta y
estándares de certificación orgánica, se pueden alcanzar mayores niveles de
producción y altos precios en un mercado creciente a nivel mundial para su
consumo fresco o procesado.
A diferencia de muchos otros cultivos que asimilan nitrógeno en forma de
nitratos, Blueberry lo hace mejor en forma amoniacal. Al aplicar un fertilizante
orgánico como harina de pescado por ejemplo, el nitrógeno en las proteínas
se convierte primero en amoniaco, el cual rápidamente se convertirá en
nitrato en suelos de pH neutro o altos y se perderá por lixiviación, por lo que
es necesario mantener un rango optimo de pH (4,8 – 5,5), que se puede
lograr con la aplicación de azufre (Kuepper and Diver, 2004); lo cual implica
mayores aplicaciones de fertilizantes que encarecen los costos de
producción.
La formulación y elaboración de este fertilizante esta basada en los
requerimientos nutricionales de la edad de la planta y se empleará sulfato de
potasio para mantener el pH del suelo (Northeast Regional Agricultural
Engineering Service). |
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