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Un buen día del mes de septiembre de 1982, exactamente el 26 a las tres de la tarde; en forma sorpresiva se desató un fuerte aguacero en Guayaquil; la gente se quedó atónita, porque en este mes, este tipo de lluvia no recordaban. Pasaron pocos días, volvió a llover; hasta que en el mes de noviembre se desataron verdaderos diluvios nunca vistos en todo el litoral ecuatoriano; algo atenuó en mayo; finalmente terminó en julio. Para muchos, fue sorpresa saber que se trataba de un fenómeno conocido como “El Niño”; que hoy en 1997-98, ya todos saben lo que ha causado. |
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