Resumen:
La calidad de los suelos es determinada principalmente por métodos químicos tales
como: contenido de materia orgánica (MO), azufre, elementos minerales, potencial de
hidrógeno (pH) y potencial redox, entre otros. Una de las principales limitantes de estos
análisis se presenta en la interpretación de los resultados por falta de estudios científicos
que liguen la producción resultante del estanque con concentraciones existentes al
momento del análisis. Además, los métodos analíticos existentes sólo determinan una
parte del complejo sistema químico del suelo y por lo general en forma aislada del
componente biológico. Se requiere por lo tanto de un método analítico que integre
respuestas biológicas con el entorno físico-químico. La medición de la respiración
generada por la comunidad del suelo resulta en un método sencillo para evaluar
indirectamente las características químicas del sustrato. Un sustrato con condiciones
químicas adversas afectará de manera directa la respiración de las comunidades
bentónicas, y viceversa. El presente estudio estuvo dirigido a estandarizar algunos de
los componentes de un método de respiración reportado en la literatura. El método de
respiración adoptado consiste básicamente de una cámara de respiración conteniendo el
sustrato, a través del cual circula un flujo continuo de aire libre de dióxido de carbono
(CO2). El CO2 generado por el sustrato es atrapado en una solución alcalina y
determinado químicamente mediante titulación con ácido. Los ensayos de
estandarización estuvieron enfocados a determinar: i) la viabilidad y respuesta del
material biológico inoculado al sustrato, ii) la adición de glucosa como sustrato
orgánico, iii) la viabilidad de usar el criterio de capacidad de campo (CC) para
humedecer el sustrato con inoculación de nutrientes, y iv) preparar un estándar interno
consistente en un sustrato (arena) con mezcla de solución de nutrientes (a nivel de CC),
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inoculación de bacterias distribuidas comercialmente y adición de glucosa como fuente
conocida de MO. El criterio de estandarización para las diferentes pruebas fue
establecido en función de la variabilidad entre réplicas de cada nivel de prueba con un
tope del coeficiente de variación <20%. Como control estándar interno se proyectó usar
el sustrato artificial en cada ensayo y también validar su condición de estándar al
presentar valores de respiración con una variación <20% entre corridas. Se realizaron
varias corridas y la variabilidad entre réplicas y corridas fue >20%. Además, se
presentaron inconsistencias en los valores de respiración con niveles de sustrato
orgánico. Especulamos que hubo contaminación del flujo de aire que ingresó a las
cámaras de incubación atribuyendo probablemente al filtro alcalino localizado al inicio
de la línea de aire. Se comparó el método del flujo continuo adoptado en este estudio
con un método de respiración estático, este último resultado con menor variabilidad
entre réplicas (<20%) y consistente con niveles de glucosa adicionado. Consideramos
además que el criterio de CC para humedecer el sustrato es adecuado por estar en
función del tipo y grosor del sustrato, reduciendo el problema de incorporación excesiva
o reducida de agua al no depender de un valor fijo de humedad. A pesar de los
resultados obtenidos en el presente estudio, consideramos que este método presenta un
gran potencial para caracterizar la calidad del suelo al integrar la respuesta metabólica
de respiración con las propiedades físicas y químicas del sustrato.