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El grado de utilización que tienen los sistemas de información en el
desarrollo de las actividades operativas y administrativas de las
organizaciones de hoy, ha provocado una revolución en la manera de
llevar a cabo los negocios, la forma en que se compite, los tipos de
servicios que se brindan a los clientes, las estrategias de crecimiento y
mercadotecnia, y la forma en que se realizan las alianzas estratégicas;
en donde el manejo adecuado de la información es el principal factor
para lograr el éxito o el fracaso en la denominada “Sociedad de la
Información”.
Por ello, una de las mayores preocupaciones de los gerentes de hoy es
cómo salvaguardar a este recurso tan preciado, la información, contra
amenazas tales como la pérdida, la libre divulgación, el error y la
manipulación. Es ahí donde aparecen dos factores clave para su
protección: un adecuado Sistema de Control Interno Informático y la
Auditoría de Sistemas, como elementos imprescindibles para la prevención y detección de desviaciones significativas en la búsqueda
de información íntegra, consistente y confiable.
Aspectos como estos, han transformado el enfoque de la auditoría
tradicional y la han llevado a incorporar el uso de los sistemas de
información dentro de cada una de sus fases, mejorándose
enormemente la precisión, confiabilidad, eficiencia y administración
del proceso de auditoría. Para ello, el auditor dispone de diversas
técnicas y herramientas que le permiten maximizar el uso de los
sistemas de información de forma efectiva y segura.
El auditor del nuevo milenio debe estar preparado para hacer frente a
los cambios tecnológicos y debe desarrollar profundas habilidades para
evaluar, con el uso eficiente de los sistemas de información, el entorno
informático en las organizaciones de hoy, que permita realizar un
examen integral de la gestión administrativa y la toma de decisiones
correctivas, encaminadas hacia el logro de los objetivos establecidos y
la transparencia en las actividades desempeñadas. |
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