Resumen:
Uno de los aspectos de mayor trascendencia en el ámbito nacional sin dudas siempre lo serán las reformas tributarias, debido a que éstas afectan a la población en general. El impuesto a la renta es una fuente importante de recursos para el estado y se aplica sobre las utilidades que obtienen las sociedades en un ejercicio fiscal. Con el fin de facilitar la recaudación y permitir a la administración el control y combatir la evasión, se crearon las figuras de la retención y del anticipo como pagos por cuenta del impuesto que se cause al final de un periodo. El anticipo del impuesto a la renta para sociedades, a partir de la vigencia de la Ley Reformatoria para la Equidad Tributaria (1 de enero del 2008) ha sufrido varias modificaciones en su forma de cálculo. La regla actual para determinar este anticipo ha generado oposición por parte de las empresas, debido a que el valor del anticipo pagado que las empresas entregan a la Administración Tributaria que no llega a compensarse con el impuesto causado del ejercicio, se constituye en un pago definitivo del impuesto a la renta, sin derecho a considerarlo como crédito tributario para los ejercicios fiscales posteriores a su pago, y menos aún a su devolución. La premisa es que afectará la liquidez de las empresas dependiendo del sector económico en que se encuentre y de las actividades que realicen, para lo cual en el tercer y cuarto capítulo analizaremos cuáles serían las implicaciones considerando cada sector. En la última parte de este trabajo lo que se pretende es dotar de información, estrategias y directrices de planificación a las empresas para que, en lo menos posible se afecten sus flujos de liquidez, considerando que deben causar un Impuesto a la Renta por lo menos igual al Anticipo que determinaron para el año en que se encuentren.
