Resumen:
La producción de agua potable y el tratamiento de aguas servidas, no son procesos sencillos. Requieren de la conjunción de factores técnicos y económicos que diariamente son sometidos a pruebas con la finalidad de mantenerlos en niveles seguros para los usuarios. Con el fin de que el líquido elemento llegue a los domicilios y empresas en condiciones óptimas para ser consumida, requiere del cumplimiento de varias operaciones, que van desde la captación en las fuentes, bombeo, floculación, decantación, filtración, clorinación y rebombeo hasta la distribución. Todas éstas, son operaciones industriales, donde los parámetros de calidad requieren ser observados estrictamente, y que por supuesto, implican costos de producción como los que se provocan cuando se produce cualquier bien, pero ejecutando procesos con mayor cuidado, por que al final se trata de obtener un producto destinado al consumo inmediato.
Por esto el agua hay que cuidarla. Y los usuarios deben jugar un gran rol en este cometido, porque no solo se desperdicia agua, sino el esfuerzo de la comunidad para disponer de un medio tan importante para la vida, que a la vez sea seguro y confiable frente a la amenaza de enfermedades. Entonces hay que reducir las fugas de agua; o eliminar su utilización en regar calles, pues cada metro cúbico que se destina a este menester priva a una familia de la oportunidad de tener acceso a un volumen similar, que bien podría facilitar la atención sanitaria que requiere un convaleciente, reduciendo el riesgo de recaída o las posibilidades de contagios.
La descarga de aguas residuales también implica una responsabilidad que no únicamente se limita a colectarlas y trasladarlas a los sumideros en condiciones seguras, sino que requiere el tratamiento de los desechos con el fin de eliminarles sus potenciales polucionantes. Cuando se obstruyen las áreas destinadas al tratamiento de aguas servidas, o se invaden tierras comprometidas como lagunas de oxidación, se está creando una situación peligrosa para el medio ambiente y, por ende, para la salubridad de los ciudadanos. Aquí también el usuario debe tener presente que la administración del servicio de alcantarillado no se relaciona únicamente con la disposición de aguas negras, sino con la prevención sanitaria, tan importante incluso para preservar la pureza de las fuentes de abastecimiento del agua que se va a potabilizar.
La responsabilidad asumida por Interagua es trascendental, va más allá de la sola provisión de agua potable y de la disposición de aguas negras. Está íntimamente vinculada al objetivo de dotar a Guayaquil de una infraestructura cuya optimalidad es necesaria para preservar el recurso humano, y para atraer inversiones de todo tipo, especialmente las destinadas a la industria y al turismo.
Guayaquil va en camino de convertirse en una ciudad-destino de singulares atractivos, para hacer negocios e inversiones, o para tomarla como centro de partida para el turismo, tanto por el entorno natural que posee, cuanto por la proximidad a sitios de interés como las playas, las islas galápagos y toda la zona tropical, con su riquísima biodiversidad. En ese objetivo, la infraestructura sanitaria es un requisito de seguridad insoslayable. Y siendo esta última, una responsabilidad de Interagua, todos pueden estar confiados en que la empresa sabrá cumplirla a cabalidad: este es su mayor compromiso.