Abstract:
Los incrementos en las concentraciones de gases de efecto invernadero
traducidas en sobrecalentamiento global, los cambios climáticos actuales y
sus impactos, y sumado a estas preocupaciones ecológicas y socioambientales
el anunciado agotamiento progresivo de las reservas de petróleo
son más que una evidente muestra de no solo la necesidad, sino además el
apremio por la promoción y fomento en el desarrollo y empleo de energías
“limpias”, pues en un momento de crisis energética la estrategia mediata y
en el presente nada ignorada, estaría enfocada en la denominada agroenergía
o “energía plantada”, parte del proceso para la producción de
biocumbustibles. Es en el sector agrocombustible donde se ejecutaría el
proyecto de siembra de Ricinus Communis (Higuerilla) para la exportación a
Colombia.
El proyecto a desarrollarse contempla el alquiler de tierras en el país,
principalmente de tierras marginales o inservibles para propósitos agrícolas
o de siembra común, pero útiles para la plantación de semillas certificadas de
Higuerilla, una planta con altos rendimientos en comparación a una serie de
oleaginosas, capaz de producir de 5 a 6 veces en el año semillas útiles como
materia prima para la elaboración de poliuretano y biodiésel, éste último
considerado sustituto perfecto del aceite combustible para motores (diésel).
Son sin duda alguna, la variabilidad en los precios del petróleo, las
diversas guerras suscitadas y el cambiante entorno político en las variadas
regiones dueñas de las más grandes reservas de crudo, tanto como las
épocas de crisis financieras y crisis ambientales, las situaciones que han
volcado el interés, la controversia y el debate por la producción de
biocombustibles, en especial al que se origina a partir de plantas, que hasta cierto punto fueron parte de la maleza, entre ellas, la Ricinus Communis L.,
una planta con propiedades altamente interesantes a los ojos y estudio de
alternativas que ayuden a disminuir las emisiones de gases de efecto
invernadero u óxidos de azufre, es decir útiles en la elaboración de biodiésel,
entre otros productos ecológicos.
Este proyecto, que contempla una vida útil de 5 años, propone una
extensión nacional de 20 hectáreas (ha.) para el cultivo de Ricinus Communis
L., cuyas semillas se comercializarían y exportarían a Colombia por quintales.
Técnicamente cada hectárea sembrada de Higuerilla, considerando las
especificaciones de cultivo de la planta y otorgándole el espacio debido entre
cada planta, contaría con una cantidad de 10,000 plantas por ha., lo que
representaría un promedio de 375 Kg. /ha. por cada periodo de cosecha, a
partir de los 120 días desde la siembra.
Una atractiva demanda en mercados colombianos incentiva nuestro
interés por exportar en su totalidad de producción, materia prima de
Higuerilla a Colombia, lo que en cifras representaría un ingreso neto anual
inicial de US$61,141. La Tasa Interna de Retorno (TIR) alcanzaría bajo los
supuestos a detallarse en el desarrollo del presente proyecto, un 69% por los
5 años propuestos, considerando una TMAR de 15%. Y lo más interesante
aún estaría en que en promedio la tierra marginal en la zona seleccionada se
alquila en US$50.00 por hectárea en un ciclo corto.