Abstract:
Las artesanías y sombreros en paja toquilla han estado presentes en el Ecuador desde 1700. La Provincia de Manabí presenta excelentes condiciones climáticas para el desarrollo de una agricultura empresarial y económicamente autosuficiente, permitiendo la implantación de un grupo muy amplio de cultivos.
Desde Ecuador se realizaban exportaciones de sombrero hasta Panamá, sin
notificar su verdadero origen. Una vez que el producto llegaba a este país, era
vendido a los que trabajaban en el canal, por lo que los compradores suponían
que estos sombreros eran originarios del lugar.
Fue en el año de 1855 que este sombrero se presentó en una Feria
Internacional. La admiración y por lo tanto éxito de este producto causo la
demanda de cientos de ellos y se dio a conocer en Europa como un artículo de
moda y elegancia, importado desde Panamá. Estos hechos fueron los que
marcaron el inicio de un error histórico, que bautizo el sombrero como
Sombrero Panamá.
El producto que más se demanda es el sombrero de paja toquilla, cuya
producción se destina un 10% al mercado local, y el restante 90% al mercado
mundial, de acuerdo al Banco Central del Ecuador.
El tejido de la paja toquilla tiene para los artesanos una doble significación: la
tradición cultural que viene de generación en generación, y la opción laboral
para mejorar sus economías domésticas con el fin de satisfacer, en parte, las
necesidades básicas del día a día.
Es necesario implementar un proyecto orientado hacia los pequeños
artesanos, sobre todo mujeres, para que se organicen en una empresa
comunitaria, se capaciten y desarrollen las habilidades necesarias para que
puedan elaborar con la paja toquilla, no solo los tradicionales sombreros, sino
también todo tipo de artesanías con una calidad de exportación, de tal forma
que el producto que vendan, tenga un valor agregado lo suficientemente
rentable para que ellas y sus familias puedan mejorar su nivel de vida.