Resumen:
Actualmente las empresas luchan por sobrevivir en un mundo
globalizado, en el cual las exigencias del mercado son cada vez mayores.
Las empresas manufactureras y comercializadoras no son la excepción y se
han tenido que adaptar a estos cambios vertiginosos.
La logística gira en torno a crear valor, para los clientes, para los
proveedores y para los accionistas de la empresa. En logística este valor se
expresa en términos de tiempo y lugar. Los productos y servicios no tienen
valor a menos que estén en posesión de los clientes cuándo (tiempo) y
dónde (lugar) ellos deseen consumirlos. Una buena dirección logística
visualiza cada actividad como una contribución al proceso de añadir valor.
Con los años, se han llevado a cabo diferentes estudios para
determinar los costos logísticos para la economía general y para las
empresas en particular. Hay estimaciones ampliamente discrepantes de los
niveles de costos. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el
promedio de los costos logísticos es alrededor de 12% del producto nacional
bruto del mundo. Robert Delaney, quien ha investigado costos logísticos por
más de dos décadas, estima que los costos de la logística para la economía
de EEUU son de 9.99% del producto nacional bruto (PNB) de ese país, es
decir, 921USD millones de dólares. Para una empresa los costos logísticos
se pueden extender de 4% hasta más de 30% del volumen de sus ventas.
Los costos de logística, importantes para la mayor parte de las empresas, ocupan una segunda posición detrás de los costos de los bienes vendidos
(costos de compra), los cuales constituyen alrededor de 50% a 60% de las
ventas de una empresa manufacturera promedio. El valor se añade
minimizando estos costos y pasando los beneficios a los consumidores y a
los accionistas de las empresas.1
El acero, producto derivado de uno de los sectores fundamentales del
desarrollo económico, la industria siderúrgica constituye una de las bases
sobre las que se asienta toda la economía industrial, nace en la segunda
mitad del siglo XIX y se desarrolla al máximo nivel durante el siglo XX. Su
importancia se refleja en el aumento experimentado en el volumen de su
producción en menos de cien años.
En el Ecuador la industria del acero ha tenido un crecimiento muy
significante durante los últimos 30 años. A finales del mes de marzo del
presente año el acero incrementó su precio en 15%, lo que al momento, de
acuerdo al sector de la construcción, ya suma el 35% de alza desde
diciembre del 2007.
Esto a su vez ha generado aumento del precio en la perfilería metálica
(ángulos, platinas, varillas y correas) necesarias para toda construcción.
Según la Federación Ecuatoriana de Industrias del Metal, el mercado del
acero en el mundo se está preparando para un aumento de más de 50% en
los precios, como resultado de la fuerte demanda de China y el rezago en el
suministro.
Las empresas manufactureras de acero se dedican a la importación,
transformación y comercialización de productos de acero como perfiles,
planchas, bobinas, flejes, etc., distribuyendo a nivel nacional. El Ecuador tiene en años normales (sin megaproyectos en curso) una
demanda de acero de aproximadamente de 1’000.000 de toneladas al año,
lo que significa un consumo per cápita de apenas 80 Kilos por habitante, uno
de los más bajos del continente americano.
Las necesidades de vivienda, infraestructura, energía, etc., son
apremiantes para satisfacer las necesidades de nuestros conciudadanos y
todas ellas demandan acero en cantidades que no están aseguradas porque
dependen en gran medida de materias primas externas.
Por lo tanto es imperativo que concienticemos la importancia de la
Industria del Acero, por parte de los Gremios: Cámaras de Comercio,
Industriales y Sectoriales y de nuestros gobernantes, para cumplir un
compromiso con la Sociedad Ecuatoriana, mejorar su calidad de vida a
mediano y largo plazo, generando empleo calificado y aprovechando el gran
potencial de la Industria Ecuatoriana.